La oración es uno de aquellos asuntos sobre
los que hablamos mucho y hacemos poco. Y eso en todas las áreas de nuestra
vida. La mayoría de nosotros cree que si pudo conocer gente nueva, si un empleo
apareció, es porque era de Dios. Si alguien nos invitó a salir, lo hizo porque
fue enviado por Dios. Si una puerta se abrió, se abrió porque era de Dios.
Lo que ignoramos es el hecho de que el diablo
también abre puertas. La única diferencia entre la puerta que el diablo se abre
y la puerta que Dios abre, es que: la puerta que Dios abre a nadie cierra, pero
la puerta que el diablo se abre él mismo la cierra. La persona que él pone en
nuestro camino, él mismo la retira. El diablo es así, abre una puerta, nos da
cosas y personas, nos envuelve en sus encantos y después toma todo lo que nos ha
dado. Él nunca va a darnos algo sin la intención de tomarlo de vuelta.
Hoy en día pocos son pocos los que entienden
la importancia de la oración. La mayoría de las veces tomamos decisiones
basándonos solo en razones lógicas y por eso se corre el riesgo de tomar las
PROPUESTAS del enemigo, confundiéndolas con el PROPÓSITO de Dios. Quien ora no
entra por una puerta, por más atractiva que sea, sin antes consultar a Dios
para saber si fue Él mismo quien la abrió. Quien ora nunca intenta conocer
gente nueva o entra en una relación, por más
"perfecta" que sea la persona, sin antes saber cómo, porque y quién
colocó a la persona en su camino. Quien ora no cae en trampas.
El proceso de elección de la persona para
iniciar un noviazgo es muy serio y por lo que no se puede hacer de ninguna
manera. Recuerde que el tiempo de citas para nosotros cristianos es la fase de
establecer una base para el matrimonio y el matrimonio es la bendición. No sea
más un insatisfecho en lo que se refiere a la elección del compañero
sentimental. Ora pidiendo a Dios que te muestre y te aleje de la elección
incorrecta. Pide a Dios que guarde tu corazón de conocer gente nueva que puedan
aparecer en el camino para alejarte de tu propósito.
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